viernes, 7 de agosto de 2009
El show desde dentro (II)/Especial Cambrils (IV)
Jean Martin du Bruit: Dicen las malas lenguas que los galgos comen caviar, desde que me expulsaste de tu hipoteca porque en el plus pasaban un documental de Penélope Cruz. Hostia, perdón, que eso lo presentamos el martes. Retrocedamos al sábado. El veraneo me sienta bien, nadar más. Me sentía poseído en el escenario, siempre ha sido así, pero quizá el estar limitado a una cuadrícula imaginaria, y real, hizo que mis idas y venidas fueran más intensas.
Anónimo toledano: Sí, estabas hiperactivo. Yo seguía con Isabel, concentrado...preparar la bomba explosiva requiere aislarse un poco, aunque no me integre en la gran pura y creadora. Se ve que una niña china se fue llorando, dábamos miedo.
Jean Martin du Bruit: Muchos comentan esto del miedo que damos. No sé, en mi máscara hay una peca y tú eres un tigre que saca la lengua. Somos cariñosos, la gente se asusta porque no nos conocen. Al sonar las walkirias en el poema del travesti acuné a la muñeca fascista antes de asestarle el toque de Gracia y Guinardó.
Anónimo toledano: Fue el infierno más espectacular de todas nuestras actuaciones. Entre Isabel por un tubo y el crescendo de la música la atmósfera se enrareció. La gente de la calle, mirando desde el escaparate, flipaba palomitas.
Jean Martin du Bruit: Y entonces las piernas cobraron sentido. En glory estaba Paul fumado, al que veneré arrodillándome varias veces. Se lo merece. Cherie hacia de carcaj para el tridente diabólica, lo saqué cual excalibur y entré en una especie de éxtasis místico amenazando a los pobres espectadores del exterior.
Anónimo toledano: Era una energía nunca vista en el show loopoético. Imaginaros los pasos de mi pobre compañero. 1) Tirar gominolas 2) escribir poesia automática 3) decir Carmen y yo soy Isabel la Católica 4) Saltar 5) mostrar como performer un trance previo al crimen. A nivel sonoro maduramos mucho, me sentía un poco como el titiritero que maneja a la marioneta, pero yo lo hago con voces grabadas, tiene narices la cosa.
Jean Martin du Bruit: Esta vez fue especial. Después de sacar el tridente noté su fuerza en el cerebro. La música me seducía, me hacia el amor y mi cuerpo se aceleraba. Intenté liquidar a la muñeca fascista, pero no amigos, aún faltaba un poco. Caí al suelo, me dio un increíble ataque espástico, me encanta la palabra e hice un sinfín de cosas. Al final, cuando los pianos beatlesianos encajaron pude decapitarla a gusto y entregársela, ya es un ritual, al Anónimo.
Anónimo toledano: Recibo la testa della bambola con piacere, grazie. Sóc catala de la ceba, no ho sabies? No, no tenia la més mínima idea. La parte final del infierno está repleta de Isabel la Católica y es un subidón, por eso el público acaba adoptando como mantra a nuestra reina horrible, es contradictorio que nosotros, propugnadores de la vanguardia y la experimentación, la tengamos como fetiche.
Jean Martin du Bruit: Ahora me acordé de unos segundos divertidos. Justo antes de los travestis y el infierno hay una parte marítima. A Jordi le salieron unos versos cantarines con lo del fondo del mar matarile rile....la peña cantaba, pero se quedaron de pasta de moniato cuando del matarile rile la voz salta y dice Ron Habana Club,jajajaja.
Anónimo toledano: Sí, pero volvamos a donde estábamos. Recibí la cabeza, todos pensaron que terminábamos y sonó el último trecho, también bastante espástico. Me gusta pensar que la variedad de ritmos tiene poder catártico por su variedad, por como flotan de un estilo a otro, del todo al uno.
Jean Martin du Bruit: Y el día once ya nada será como antes. En Cambrils culminamos nuestro espectáculo con el frío industrial, aplausos y nuestro discurso de clausura centrado en las anoréxicas y nuestra frustración sexual al llevar máscara.
Anónimo toledano: Hasta mencionaste a Monica Bellucci.
Jean Martin du Bruit: Era inevitable. Nos fundimos en un abrazo, dimos por clausurado el show y fuimos a la playa con Natalia, Marta, Lars y Ángel, todos ellos extraordinarios.
Anónimo toledano: Repito, nunca estuvimos tan tranquilos como el sábado, eso ayudó a que todo saliera espectacular.
Jean Martin du Bruit: Sólo tengo ganas del martes. No tiene nada que ver con Cambrils, pero ayer Jordi y Neill, Neill y Jordi fueron al estudio de grabación y registraron las voces de los dos poemarios. Tengo ganas de escuchar todo con la música, tengo ganas de saltar, tengo ganas de gritar como un loco, tengo ganas de tocar el piano, tengo ganas que compartáis con nosotros nuestra dicha y las novedades que hemos incorporado.
Anónimo toledano: Amén.
Jean Martin du Bruit: Yo soy Isabel la Católica
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