martes, 4 de agosto de 2009
Antes del show (especial Cambrils II)
Anónimo toledano: “Trabajar fuera de Barcelona es glorioso. Tuvimos muchas más facilidades para preparar el sonido del show. Como estábamos muy relajados decidimos elaborar más la intro con before we start, if we start y el sonido de un piano psicodélico antes del pistoletazo inicial”.
Jean Martin du Bruit: “La música de las zancadas enormes, siempre que suena me imagino generando terror entre el público. En esta ocasión teníamos un elemento extra fundamental: la nave galatea, una barca repleta de libros con una magnífica campana que nos fue como anillo al dedo para resaltar el inicio del show. Lástima de volúmenes y más volúmenes dentro la barca, quería ser Nosferatu y Michael Jackson, salir de su interior y asustar al personal”
Anónimo toledano: “Pero eso ya fue en la actuación. Antes se nos fue mucho la olla. La adoración de Isabel la Católica es ya un clásico en nuestro show, pero esta vez pusimos el fragmento infinitas veces, con lo que las armonías y el delirio aumentaron a lo loco."
Jean Martin Bruit: “Otro problema era el espacio. Soy un maldito maniático de esos aspectos previos, tengo que saber muy bien por donde voy a moverme y hasta que no se instaló la mesa para el anónimo no entendí exactamente cual era mi radio de actuación. Más tarde descubrí que la distancias cortas me dan mucha precisión”.
Anónimo toledano: “En cambio yo estaba nervioso al ver que los micros no funcionaban a la perfección. Con la ayuda de Luis resolvimos el asunto, pero hubo momentos de pánico, faltaba poco para el show y sin voz no somos nadie. Tiene que funcionar todo para que, valga la redundancia, el todo encaje y nuestra pluralidad se exprese como Carmen manda.”
Jean Martin du Bruit: “Otro aspecto importante era el público. Cuando cerró la librería parecía que la gente tenía miedo a entrar, no entendían muy bien lo que pasaba. No era un espectáculo para multitudes, aún así llenamos el recinto y convocamos a niños, matrimonios y ancianos. Cuando vi a personas observando el tinglado desde la calle me sentí como en aquel programa de hace siglos, el informal. Me encantó”.
Anónimo toledano: “No olvidemos las gominolas. Teníamos dos quilos y muchos espectadores de primera hora empezaron a comer de mi caja mágica. Jean callaba. Lo conozco un poquito y sé que estaba preocupado por la liquidación de nuestra dulce arma.”
Jean Martin du Bruit: “Quedaban más en el camerino aún así las quería reservar, muy català de la onion, para el show de l’elèctric, que como quien dice son el mayor gasto de nuestro presupuesto”.
Anónimo toledano: “Ahora compraremos nuestra mesa de mezclas”.
Jean Martin du Bruit: “Y el jueves grabaremos en un estudio, como The Beatles.”
Anónimo toledano: “Volvamos a Cambrils. Por primera vez antes de un show estábamos absolutamente tranquilos. Nos sentimos muy seguros, bien arropados y con la conciencia de hacer bien las cosas.”
Jean Martin du Bruit: “El del sábado era nuestro último show de la versión 2.0 y tenía que salir perfecto. Me entrevistaron poco antes de empezar, buenas preguntas con respuestas del montón, cuando me preguntan por las influencias del proyecto me quedo en blanco. Que si Dadá, que si los sesenta, que si tal que si cual. Lo mejor fue decir que la mezcla de dos mentes viajeras crea una unión que busca ruptura y novedad. Va por ustedes”.
Anónimo toledano: “Estabas tan nervioso que no parabas de indicarme con los dedos los minutos que faltaban”.
Jean Martin du Bruit: “Y cuando se hizo la luz me convertí en un dependiente de Galatea. ¿Angeles y demonios? Señora, ¡estamos creando la revolución!”
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