Crónica del aniversario Loopoético

(foto Edgar Melo)

Crónica del aniversario loopoético: Sábado 6 de marzo de 2010, La Cova de les Cultures

Ayer era un día muy especial para nosotros. Es extraño pensar que ha pasado un año desde que actuamos por vez primera. Muchos han sido los cambios. Empezamos casi como un juego, enmascarándonos, mezclando música y poesía desde nuestra inexperiencia. A medida que pasaban los meses y los espectáculos íbamos incorporando cosas. En agosto abandonamos el primer formato, veinte minutos de Nocheviejas del Patriarca, y ampliamos el show con otro poemario y un interludio musical con la participación de la querida Bettina Diamond. Sin darnos cuenta, o puede que sí, crecimos mucho en poco tiempo. Quizá lo mejor es sentir que las cosas van bien, notar agradecimiento en el público y flotar dando a la supuesta improvisación una técnica que conjugue bien los elementos que manejamos, suites poéticas grabadas, performance, musicalización, proyecciones, baile, decapitaciones, inconsciente lírico y hasta toros de Banyoles cuando aparecen. Ayer estaban atareados dando a entender a Barcelona que no quieren desaparecer, y por este motivo se ausentaron del escenario, pero les queremos con locura, como también adoramos a The Lady Sounds, estelares en sus talentos, únicos en su especie, dotados de una categoría que nos hará sonreír cuando ellos sean famosos y nosotros vegetemos en balancines psicodélicos.
22:30. Nathan y J le dan caña, se salen como siempre y se ganan al respetable. Últimamente nos tomamos las cosas con más calma, como si los segundos no corrieran. Ya no tenemos esa ansía por salir y comernos el mundo, es decir, eso sigue igual, aunque ahora la parsimonia nos acompaña porque también hemos ganado en experiencia y la calma es mejor compañera que la prisa, sobre todo en los minutos previos al show.
22.45 Subimos la inexistente escalera del templo. Oración en mano y tensa espera. Esos instantes determinan algo qué no sabría definir. Hola Madrid. El dos de mayo de 1808 vuestro pueblo se alzó contra el francés cuando este término no significaba felación. El dos de mayo de 2009 el Barça ganó 2 a 6 al Real Madrid en el Santiago Bernabéu. El 5 de Febrero Loopoesía llega a Madrid, y hoy resulta que es nuestro primer cumpleaños. Leímos al unísono los versos de la oración, Jean Martin se fue a una esquina y atendió la irrupción, tras los versos finales de la versión antigua del proyecto, de las mágicas palabras que le permitieran sentarse en su trono. Alabama Song, Hello I love you y ya se encontró en plena salsa, destinado a sorprender,. Si algo aprendimos anoche fue el engranaje de lo nuevo y sus tempos, por eso todo fue fluido, sin vacilaciones de ningún tipo. Muchos comentan que no usamos tanto Isabel la Católica o Carmen. Salen y saldrán, son emblemáticas, divierten y siguen teniendo protagonismo en el interludio. Las partes con poesía grabada deben combinar la justa interpretación con el recitar espontáneo. Lo importante es que todo encaje y la gente capte el sentido completo que parte de la suite los jugadores de Ajedrez de Plaza Catalunya.




Había varios aspectos a mejorar y eso se logra actuando. En el show del diecinueve de febrero Jean Martin dejó llevarse demasiado por la lluvia y unos espectadores posicionados en un vacío poco agradable. A diferencia de ese día esta vez el público estuvo muy atento y se colocó cerca del escenario. Agradecemos ese detalle porque da energía y ayuda una barbaridad. En parte eso colaboró a la fantástica velada del Anónimo Toledano, perfecto en las mezclas, en marcar tempos y en imponer su contrastada solvencia con la difícil combinación entre música y poesía. Por eso Jean Martin volaba con sus delirios de saltos, bailes y poesías efímeras, porque sin la libreta su voz pronuncia y luego se desvanece. Después de cada poema de los jugadores insistimos en que ellos lo saben todo y activamos el resorte de la espontaneidad. Todas y cada una de esas pausas, con la melodía danzando y el reloj congelado, salieron bien, desde la poesía de Trilussa hasta el Musulman con Manasul pasando por reflexiones teóricas sobre los asesinos, quejas catalanas y otros desmanes inesperados hasta para el rapsoda, rapidísimo en aplicar su coro Taxman cuando tocaba e impaciente por abrazar el primer momento cumbre, cuando la marcha de Chopin se alía con la ironía sobre la muerte y estalla el llanto que, por el enlace hacia el interludio, lleva a un histérico ataque de risa. De repente Lola Farigola seduce, el rechazo lleva a la aceptación, vuelta completa y epilepsia. Jean Martin es transportado a la más profunda oscuridad porque el escenario se llena con la luz de Lola, siempre increíble, dándolo todo luchando contra el surrealismo cotidiano de las proyecciones y la locura toledana del Anónimo, quien habitualmente en este fragmento loopoético deja sonar la composición al revés añadiéndole infinitas Isabel la Católica, casada con el Negro de Bañoles, primer inmigrante del Estado Español, presente oral y visualmente, pues bien instalado está en las piernas junto a Paul McCartney fumado.

¿Por qué se oculta Jean Martin du Bruit?

Para respirar de tanto trajín, dar el relevo a Lola Farigola y recitar tras bastidores, algo harto complicado si la luz es nula, por eso quien estuviera presente en el espectáculo vio la mano del licenciado en Cambridge. El pobre buscaba un mínimo foco para leer los poemas del interludio. Muchos dicen que parecen grabados, como si la voz de Jean Martin siguiera en la brecha y su cuerpo hubiese desaparecido. De eso nada monada. El tipo está en el lugar y contribuye al horror vacui sonoro de ese trecho, preludio de la segunda parte, iniciada con un leve silencio que da paso a los Modernos. Seven Nation army eleva la temperatura, encaja con el poema y nos mueve hacia una dirección final por donde circulan bares vacíos, señoras que adoran su barrio, la clase política y el retorno al hogar para sentir tu humedad, que es mi calor. Mientras todo esto se transforma en verso Jean Martin y el Anónimo dan un último tour de force. Ayer alcanzaron una especie de plenitud al decapitar a la horrenda muñeca fascista. A day in the life retumbaba, el blanco enmascarado se arqueaba, ha confesado en privado que temió perder su espalda, y agarraba su tridente hasta llegar al éxtasis, penúltimo movimiento y eso que hay una barbaridad. Dar vueltas sobre sí mismo, hacer equilibrismos, tocar máscaras como si fueran instrumentos…El verbo cesa, un hombre pide el aplauso del respetable, este te lo concede y la felicidad alcanza cotas perfectas con el último Happy Birthday de la noche. Audrey y su anorexia fenecieron más tarde. Muchas gracias.





PS: Jean Martin prefiere su traje rosa,no el negro de ayer. El anónimo está muy contento con el cirujano que le hizo la operación de estética. Está más anaranjado y risueño.


Loopoesia es amor